Por: Juan Sebastián Arias Palomá.
El estatuto de seguridad nacional a estigmatizado la protesta social y el derecho a exigir transformaciones profundas cuando se necesitan. Cualquier tipo de manifestación pública por diversa y pertinente que sea, termina reprimida por la fuerza del estado. Con sevicia se deslegitima el derecho a tolerar y respetar la opinión del otro. Convirtiéndolo en el enemigo de “izquierda”, “comunista”, “vándalo”; en fin, el enemigo interno. Afirma David Bernal, sociólogo.
Con la constitución del 91’ vemos como la ley 30 de educación superior se convirtió en un servicio prácticamente privado que impuso la calidad del resultado final; en vez del proceso para obtener esos resultados. Previo a ello, vino la desfinanciación de las universidades públicas. Promoviendo mayor injerencia y participación de los diversos actores sociales que la convergen en los escenarios de consejos universitarios para recuperar autonomía y democracia en sus dinámicas académicas. Comenta David Bernal.
¿Cómo se involucra uno en los procesos de luchas estudiantiles y sociales?
En el caso de Humberto Perdomo, estudiante de ciencia política de la Universidad Surcolombiana; su proceso formativo inicio en la Normal Superior de Neiva. Escenario académico donde empiezas adquirir mayor conciencia, sentido de análisis y reconocimiento de las diferentes dinámicas de la realidad política, económica, social y cultural del país.
De igual modo, la influencia de hechos históricos nacionales como el proceso de paz de la Habana y las movilizaciones de la Mane, forman un carácter de persistencia social. Estas, se consolidan en capacidades de relacionarse con el entorno. Y así, fue que me decidí a estudiar ciencia política en la Universidad Surcolombiana.
Donde vives los procesos estudiantiles más de cerca. Y Revalúas la necesidad inminente de reivindicación de los sectores sociales afectados por las políticas de estado. Siendo la participación y organización de paros, huelgas y manifestaciones la hoja de ruta para conseguir justicia. Ejemplo de ello al exigir docentes de calidad para el programa de ciencia política en el 2018, y lo logramos. Y así una sumatoria de triunfos y derrotas que han forjado el carácter cívico que nos caracteriza al equipo que conseguimos la representación estudiantil en el consejo superior universitario. Y la huelga de hambre del presente 2020 con el gobierno seccional que sirvió para garantizar la matricula cero a todos los estudiantes de la Universidad Surcolombiana afectados económicamente por la pandemia del Covid-19.
Por el lado Paula Albarracín, colega de ciencia política de Humberto de la Universidad Surcolombiana, su proceso estudiantil ha sido desde lo organizativo. Paula, ha trabajado con el movimiento estudiantil al integrarse con la Asociación Nacional de Estudiantes de Secundaria mientras cursaba sus estudios de educación media. Además, de la influencia activista que han tenido mis padres desde sus procesos como estudiantes hasta sus vigentes legados como educadores.
Permitiendo ilustrarme en áreas operativas de las luchas sociales para contribuir en escenarios como el Parlamento juvenil del Mercosur con asociación del Ministerio de Educación Nacional. Participando en discusiones álgidas y transformando realidades adversas por las dinámicas leoninas al ser parte del consejo superior estudiantil con el roll de tesorera.
Así mismo, el movimiento estudiantil ha logrado alcanzar los picos de movilización más fuertes en la historia de nuestro país. Sumando a múltiples sectores de la sociedad que luchan por la paz, medio ambiente, genero, etc. Articulado a la discusión de una agenda amplia que permita que los sectores sociales de diversas latitudes y dinámicas están siendo reparadas y reivindicadas.
El papel de exigirle al estado que garantice la calidad de vida de todos los sectores sociales que desarrollan este país. A través de políticas públicas de inclusión y reparación. Reivindicando las luchas campesinas, indígenas, transportadores, género, etc, que se han librado por más de 40 años.
Por último, acompañar, articular y fortalecer las organizaciones internamente, con diferentes plataformas. Qué cada órgano contemple la dignificación de género, raza, etnia, estrato, medio ambiente, educación, salud, paz, etc. Y así, tendremos la herramienta idónea para que el estado no basile más con las deudas históricas.
Las agendas sociales siempre coinciden con alguna problemática; converjamos y manos a la obra. Paula Albarracín