Por: Sonia Catalina Castañeda
“El cine es una mentira llena de verdades”, comentaba Andrés Ramirez a las personas presentes en el auditorio Olga Tony Vidales, quienes tenían dudas sobre la historia que quiso relatar Andrés en su película llamada: “La Jauría”. La cual se presentó al inicio de la última actividad del tercer día del Festival Cinexcusa.
El conversatorio tuvo como tema principal la película y los invitados fueron Fernando Pacheco, abogado, periodista y profesor; y Andrés Ramirez, director de la película mencionada anteriormente. Durante toda la jornada del festival, se gozó de un clima agradable, una Neiva lluviosa fue la compañía del festival en su tercer día.
La conversación entre los invitados fue dinámica y participativa, esta vez las intervenciones del público estuvieron presentes durante y no después como en las anteriores actividades realizadas. A la vez que Fernando y Andrés hablaban sobre la película y analizaban cada fragmento, permitían que las personas presentes tuvieran la oportunidad de ir preguntando y participando de la conversación.
Al inicio el director nos contó un poco sobre su trayectoria y motivos para estudiar cine, confesando que fue más una casualidad, fue precisamente una película quien lo impulsó a intentar una tercera vez ingresar a la universidad Nacional de la cual es egresado.
La película relata la historia de un joven culpado de asesinato quien debe pagar su condena en un centro de rehabilitación experimental en medio de la selva. Es precisamente esto lo que causó curiosidad en el público, quienes durante las intervenciones coincidieron en que pensaban que la historia era real y sí se trataba de una utopía que deseaba plasmar.
Ante esas dudas, Andrés aclaró que todo era mentira, que la historia no era real, no tiene un territorio como tal del cual se quiera hacer mención. La película habla sobre todo de la violencia, “se trata de mi, se trata de todos los que están en esta sala” manifestó Andrés.
“La mirada a veces está más hacia el sistema, que hacia nosotros mismos”
Además de la película y lo que significaba, el director quiso también contar un poco sobre el proceso para conseguir a los actores y al protagonista, a quien encontró en un barrio popular de Ibague; y que en la película se conoce como Alvaro, personaje con el que el director manifestó sentirse identificado.
“Para mi la película es esperanza”, a pesar de que su historia es violenta, para Andrés tiene un significado esperanzador, a pesar de que la historia no es real, el cine permite crear nuevas posibilidades y nuevos mundos. Además, de algún modo sí hay unas verdades implícitas, porque es la mirada de alguien que está transmitiendo algo, explicaba el director al público del auditorio.
Finalmente, esta conversación terminó con aplausos y halagos hacia la composición visual de la película y lo que logró transmitir a las personas que estuvieron presentes. Y un reconocimiento además a su premio en el festival de cine de Cannes, uno de los más importantes.