La literatura y la música se tomaron el 11 Festival de Cine de Neiva Cinexcusa en su cuarta jornada.
¡Pero llorá de una vez, carajo, la reputa madre que te parió! Le gritó el médico a Andrés Neuman, tres minutos después de nacer. Él no lo recuerda, se lo contaron, es una ficción. Su memoria la ha construido con las voces y deseos de otros. La curiosidad y la sospecha llevaron a Andrés a buscar debajo de la alfombra lo que su familia había preferido callar.
“Nuestros imaginarios están fuertemente mezclados con las narraciones contadas en la infancia. Peligrosa realidad porque las familias quieren que recordemos lo que más les conviene, al igual que los gobiernos”, dijo medio en broma, medio en serio.
El escritor argentino lo dijo sentado en la poltrona blanca frente a un auditorio lleno. Hernando Flórez, codirector del Festival de Cine de Neiva Cinexcusa, auscultaba su historia personal y familiar en calidad de entrevistador. Neuman se robaba las risas del público mientras hablaba en prosa de su vida y de las estrategias narrativas que usa para escribirla.
La memoria en la literatura huilense
En el Huila la lucha de clases entre liberales y conservadores por sus doctrinas imperantes tuvieron como punto de batalla el Parque Los Mártires, dijo Eduardo Tovar Murcia. Para él este es solo un ejemplo de lo que debe contarse en el departamento.
«Hay que recuperar la memoria colectiva de nuestro territorio, el cual está en debacle. El retrato del conflicto armado por el que ha pasado el Huila no puede estar en un segundo plano», sugirió el escritor huilense. Dio una fórmula para escribir: nutrirse de literatura, especialmente de poesía.
– ¿Qué tiene que ver la memoria colectiva con el olvido de los mártires de este país?- preguntó un joven vestido de camiseta del Real Madrid.
– Solo la literatura nos cura del alzhéimer-, dijo Eduardo.
Las formas de la reconciliación
Con trajes brillantes y con mangas de arandelas, The Equals le cantó Baby come back al público Cinexcusa. Juan Carlos Garay la anunció como si lo estuviera haciendo en su programa musical en Radio Nacional de Colombia. «Esta banda no tendría nada de especial si no hubiera estado conformada por dos ingleses, dos jamaiquinos y dos guyaneses».
Fue el primero de varios ejemplos musicales de reconciliación. Entre músicos de países colonizadores y colonizados; de occidente y de oriente; de naciones de África geográficamente opuestas.
«La música es un ejemplo de reconocimiento del otro que es diferente pero que puede aportar a mi mundo, del deseo de entender mejor a quien podría ser mi contra parte. La música da cuenta de que se puede ser constructivo y estético en esos encuentros», reflexionaba Garay.
De pie junto al atril, se preguntó: ¿Qué hacemos si estamos desarmonizados como país?. Y se respondió en el acto: entendernos como una orquesta: todos con un rol individual pero con una búsqueda colectiva.