Vladimir Flórez, conocido como Vladdo, estuvo en el Cinexcusa compartiendo con los asistentes del Festival más importante del Huila. Aquí, siete de sus intervenciones más ácidas.
Por: Gustavo Patiño
La noche de este martes cerró en el Olga Tony Vidales con risas y aplausos ‘a costillas’ de Vladdo, periodista, columnista e ilustrador colombiano con un extenso recorrido en la sátira política desde la caricatura. El reconocido dibujante estuvo acompañado por Carlos Andrés Pérez, periodista, quien en una charla amena ahondó en su vida íntima y su recorrido por varios medios nacionales, a partir de las anécdotas. Vladdo, inició el conversatorio con una sátira, de esas que sabe publicar en Vladdomanía, de la Revista Semana, “tengo una grata sorpresa porque en esta ciudad tan Uribista no pensé que iba a venir tanta gente”.
- “Un exalcalde de Bogotá fue hasta la oficina en la que trabajaba, en una revista en Miami, y me dijo: -mi señora está muy brava con usted
– pero si yo no he salido con su señora, no le he hecho ningún favor ¿por qué está brava conmigo?
– porque usted hizo un libro de su historia de caricaturas y no sacó ninguna de mi alcaldía.
Los caricaturistas tenemos ese problema porque los políticos esperan que uno hable de ellos, así sea mal, pero que hablen. Son como las prostitutas, si hablan bien de ellas, nadie va; si hablan mal de ellas, el sitio se llena. Entonces los políticos dicen ‘el tipo tiene una investigación, tiene otra’, Cambio Radical dice ‘tenga su aval’”.
- “La política es de instintos y hay gente que mata por instinto, que roba por instinto, que se vuela del país por instinto, sí, que van y piden cacao a Estados Unidos, ‘no me extraditen a Colombia’ por instinto”.
- “Yo no me considero humorista, ustedes se ríen de las cosas que yo digo porque son de verdad, cuando yo digo ‘venga corrupto para acá, yo le doy un aval de cambio radical’ ustedes se ríen no porque sea mentira sino porque saben que es verdad, pero cuando uno lo dice, suena a chiste”.
- “Yo no pienso en el miedo porque me asusto, siempre creo que, si uno se pone a pensar ‘uy no, esta caricatura va a ser la del tiro’, no hago nada, me muero del susto; o si digo ‘no, esta caricatura sí la va a entender Maduro’, yo que voy a saber”.
- “Yo inicié con lo de la Casa de Nariño porque me veía un programa que se llamaba Los Waltons, en la que todos apagaban las luces en las noches y se despedían entre ellos, entonces me puse a pensar cómo serían las noches en la Casa de Nariño y, como Pastrana se despedía siempre ‘Nora, los niños y yo’, empecé a hacerlo y gustó. Lo cambié a ‘La Casa de Nari’ cuando unos amigos de José Obdulio se entraban por la zona VIP de los garajes y se reunieron allá a conspirar contra la Corte Suprema, pero bueno, eso deben ser calumnias de la oposición”.