Jon Lee Anderson es un periodista consagrado. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo (antes Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano), ha escrito infinidad de artículos, crónicas e investigaciones periodísticas sobre américa latina y áfrica.
Por Gustavo Patiño
La estampida del horror
Así lo afirma Jon Lee cuando compara la época en la que Joseph Conrad escribió ‘El corazón de las tinieblas’ “es una obra que un poco nos marca como faro emblemático literario pero también histórico en torno a ese horror que significó en su momento más extremo esa estampida de parte de los poderes coloniales europeos para áfrica, que incluyó en el caso del Congo del rey el Leopoldo de Bélgica la masacre de millones de seres humanos en aras de conseguir el caucho que era como el narco de su época y también en marfil. El libro llega a representar el alma podrida del que se cree civilizado. En ‘el corazón de las tinieblas’ Conrad nos muestra cómo un ser civilizado, en lo que supuestamente es el salvajismo de áfrica, toca fondo y vemos su alma también negra”.
Como asegura Anderson, esa miseria llevada por los gobiernos coloniales al Congo no se ha ido y, actualmente, este territorio sigue sufriendo las consecuencias, “los belgas creen, en un alto porcentaje, que el rey Leopoldo era bonachón y que lo que hizo para el Congo fue virtuoso, claro, estamos hablando de la época de las Fake News, pero luego vemos lo que han dicho los estudios socio científicos que demuestran que Leopoldo probablemente terminó con las vidas de diez millones de seres humanos. Y el Congo probablemente es el lugar más fracasado en la faz de la tierra. Desde que se independizó ha sido un lugar de los belgas, el presidente asesinado por los belgas, Lumumba también, en los últimos 20 años han muerto otros cinco millones de personas y hoy en día es el lugar de otra estampida por la extracción de materiales para la elaboración de aparatos electrónicos, el oro, lo que tú quieras y nadie dice nada. Todavía estamos en la época de Conrad”.
Una historia honesta y consecuente
Es así que el periodista estadounidense asegura que es fundamental que conozcamos y nos reconozcamos en la historia de manera crítica, entendiendo que lo que sucede hoy en EEUU y los países de América Latina, es resultado de todo lo ocurrido hace 150 años, “nos corresponde saber bien la historia, tener una historia honesta y consecuente que no nos esté insultando la inteligencia, que no sea propagandística y que no sirva a los intereses de grupos pequeños. Es muy importante que todos tengamos claro cuál es nuestra historia y sabiendo eso y cuáles son las desigualdades propias de nuestras sociedades, deberíamos afrontarlos como gente honesta y con cierto coraje. Si hacemos eso, caminaremos por un sendero mucho más virtuoso que la del perjuicio, el desdén y la impostura”.
Así mismo, señala que es importante que la ciudadanía esté consciente de la importancia de los líderes, estos son el reflejo de lo que son como país, “nuestro hemisferio, en Colombia, EEUU, El Salvador y Brasil, han sufrido la irrupción en escena de líderes mandatarios populistas que vienen con una suerte de desdén y muchos prejuicios hacia la verdad histórica de sus países, quieren imponer un relato que no es el verdadero para así favorecer a determinados intereses, sobre todo comerciales o materiales, y arrasar con los reclamos que hay, reclamos que son el resultado de que no ha habido un día de juicio honesto, por ejemplo en nuestra querida España hasta hoy en día, 80 años después de la guerra civil española, de poner bien el asunto porque en la paz que hubo en España fue la paz de los vencedores, obligaron a los demás a callar y todavía, casi un siglo después, ese país está plagado de fantasmas”.
Las explosiones por venir
Es entonces cómo los reclamos sociales que desde el año pasado se han venido viviendo y que pese a la pandemia y el confinamiento siguen brotando como resultado de las injusticias, “porque vivimos en sociedades muy desiguales en donde el Estado de Derecho no ha cuajado, hay mucha injusticia, esto no es una declaración política es una observación fáctica, así lo notamos, incluye los términos si antes siempre había una tendencia de obviar o reservar un espacio privilegiado para EEUU ya no, en épocas de Trump vemos que ese país tiene tantas flaquezas. Estamos en una en una época algo surreal, en donde todo esto está ocurriendo delante de nuestros ojos, pero en donde tenemos muchas advertencias de explosiones por venir, no tienen que ser insurrecciones, no tienen que ser alzamientos armados, pero son los reclamos en muchos casos justos de grandes porcentajes de la población y sobre todo de las juventudes que anhelan, añoran y reclaman un futuro mejor de los que están ocupando el poder les están ofreciendo”.