
Por: Juan Sebastián Arias Palomá.
La Silla Vacía es un medio de comunicación con sede en Bogotá que empezó su trabajo periodístico cubriendo temáticas de talla nacional. Al paso de los años, La Silla se posicionó por su rigurosidad periodística. Acto que, propició la creación de otras Sillas, enfocadas en las 5 regiones del territorio colombiano. Una de esas es la Silla Sur, encargada de cubrir los hechos álgidos de los departamentos del sur como Huila, Caquetá, Putumayo, Amazonas. Por eso, el festival Cinexcusa se mantuvo en la tarea de invitar a Juanita Vélez, editora general de la Silla Sur; para indagar la perspectiva que tienen como medio independiente, y que han encontrado desde su arribo en la región.
¿Es el narcotráfico el problema principal de la violencia en Colombia?
JV: Claro que no. El problema principal es la distribución inequitativa de la tierra. Efecto qué, potencia el capital económico y adquisitivo de unos pocos dueños de las tierras-algunos de ellos expropiando a familias humildes que se ven obligadas a vender-contra más de 6 millones de desplazados que luchan por conseguir el sustento diario. Lo anterior, ha sido el caldo de cultivo de los grandes terratenientes para la formación de guerrillas liberales en busca de justicia social.
En temas de drogas ¿Ha sido oportuno el cubrimiento de los medios de comunicación de la región?
JV: Para nada, los medios en general no cuentan muchas cosas sobre el acuerdo, porque no se la juegan por el acuerdo. Descuidando la interacción mutua que debería haber entre los medios de cada región. Entonces, la lógica de la sustitución de drogas se empaña, retomando noticias terciarias como la incautación de droga en ciertos barrios y comunidades.
¿En detalle, cuál debió ser el punto de partida para cumplirle a los campesinos?
JV: Primero, con el tema de sustitución hay un retraso monumental. Partiendo que ni si quiera se ha propuesto que alimentos serían los idóneos para remplazar la mata de coca y como sería ese modelo cooperativo para sostenerse empresarialmente. Por ejemplo, el café como producto insigne para el Huila y el sur, debería ser el insumo para seducir a los campesinos incrédulos con el tema de la sustitución.
Segundo, con el nuevo Gobierno no sabemos a que atenernos. Con el regreso del uso del glifosato como pesticida, arruga la cara de todas estas familias que acompañaban la sustitución voluntaria de la coca. Y la falta de compromiso de las Farc de venir a estos territorios a pedir perdón, aumenta el número de incrédulos sobre la implementación del acuerdo.
¿Qué se ha cumplido de los acuerdos de paz de la Habana en los territorios del sur colombiano?
JV: El sur para mí es como el termómetro de los acuerdos, porque vamos muy atrasados en todo lo que corresponde a la reforma rural y sustitución voluntaria para cumplirle a las víctimas.
¿Cómo ha sido la reacción (impacto directo) con las víctimas del sur, respecto al acuerdo final?
JV: De parte de las víctimas la disposición es muy grande, porque realmente el proceso funciona y las víctimas cumplieron un roll importante en que esto avanzara; por eso no quieren que se eche para atrás lo poco-pero positivo-que se ha construido hasta el momento. Aunque, la incertidumbre crece, ya que, el reloj sigue corriendo y todo sigue igual; disminuyendo la motivación con la que empezaron. También, la falta de interés del nuevo Gobierno en fortalecer el presupuesto del proceso y el de las Farc; que se han dedicado hacer política, empobrecen los puntos de perdón y reparación, debilitando el acuerdo firmado en La Habana.